Convertible note vs SAFE

¿Es la primera vez que lees la palabra SAFE relacionada con las notas convertibles?¿Te has dado una vuelta por USA y todo el mundo habla de esto? Tanto si las respuestas son positivas como negativas te invito a descubrir cómo el ser humano siempre tiende a facilitar las cosas en el corto plazo para complicarlas en el futuro. Comportamientos como estos los vemos a diario en la comida rápida o el calentamiento global. 

Pongamos el contexto, estamos ante el diseño de una ronda de capital de una startup en sus primeras fases, tres opciones legales/financieras se ponen delante de nosotros. El acuerdo de inversión (term sheet), nota convertible o SAFE (Simple agreement for future equity)

¿Cuál de ellos utilizar y para qué momento? 

En anteriores entradas del blog ya hablamos sobre las notas convertibles y sus bondades frente a los term sheet. Sin embargo desde principio de 2021 empezamos a escuchar cada vez más la palabra SAFE, “vamos a firmar un SAFE”

¡Vamos a solventar esta duda!

Los SAFE fueron diseñados en su origen para hacer más fácil el diseño y la entrada de fondos en fases iniciales de financiación. Sin embargo, recordemos que estamos en el entorno jurídico de España donde la propia nota convertible ha sido objeto de discrepancia recurrente entre las diferentes entidades gubernamentales.

Por lo tanto, es importante entender la diferencia entre SAFE y nota convertible: 

– Por medio de una nota convertible, un inversor concede un préstamo a una startup, para cuya devolución se establece una forma concreta, que es la conversión del capital prestado en participaciones sociales/acciones de la startup. De este modo, damos entrada al inversor en cap table por la vía de una ampliación de capital en su modalidad de compensación de créditos. Para que ello sea posible, la Ley nos exige que el crédito esté vencido y sea exigible, por lo que hemos de establecer un vencimiento concreto o una forma de declarar vencido el préstamo en la propia nota convertible, lo que conlleva una previsión de ronda que, sobre todo, en fases iniciales, resulta arriesgada.

– El SAFE supone que la startup vende al inversor un derecho a adquirir participaciones sociales/acciones en un futuro, negociando variables de valoración pre-money, post-money y mínimo de inversión, entre otras, para establecer el número de participaciones/acciones que el inversor podrá adquirir en el futuro. La startup logra conseguir ingreso con esa venta, adquiriendo la obligación, o bien de adoptar un acuerdo de ampliación de capital para entregar las particiones/acciones al inversor o bien de transmitirlas si es que tiene constituida una autocartera con tal fin (teniendo en cuenta los límites legales establecidos para la autocartera).

Aunque ambos documentos logren la misma finalidad (en teoría), las diferencias jurídicas entre ellos son más que notables.

Procedemos a apuntar aquí algunas:

-La ampliación de capital que da entrada a un inversor por medio de una nota convertible se produce en la modalidad de compensación de créditos, la cual no lleva aparejados derechos de asunción preferente de participaciones/acciones para el resto de socios, mientras que la ampliación de capital que da entrada a un inversor por medio de un SAFE se produce en la modalidad de aportación dineraria o transmisión de participaciones/acciones y en ambos casos, la Ley establece derechos de asunción/adquisición preferente para el resto de socios. Por tanto, es importante tener en cuenta que, en el caso del SAFE, todos los socios deberán renunciar de manera expresa a los derechos de asunción/adquisición preferente (o la operación perderá su sentido), lo que, en ocasiones, puede resultar más complicado y riesgoso para la startup que la firma de una nota convertible.

-Como hemos dicho, la firma de una nota convertible supone la concesión de un préstamo, por lo que la startup tendrá una deuda frente al inversor (que se liquidará por compensación del crédito) lo que, a nivel contable supone un pasivo y a nivel fiscal carece de efecto porque no existe una ganancia patrimonial. Por contra, a nivel contable y fiscal, la firma de un SAFE supone una ganancia patrimonial producida por la venta la inversor de un derecho.

-Aunque aparentemente el SAFE sea un documento estandarizado y no requiera de una negociación tan extensa como la de la nota convertible, la realidad es que, para dar seguridad tanto al inversor como a la startup, debe fijar unos parámetros mínimos (que también fija la nota convertible), por lo que, aunque no tengamos que establecer una fecha de vencimiento, sí que hemos de prever una serie de eventos que permitan al inversor exigir su entrada en cap table.

Para concluir y entender el concepto del SAFE:

El SAFE cumple un objetivo primordial que es abaratar los costes de financiación, utilizando un contrato estandarizado que no requiere de una negociación muy extensa. Pero un SAFE es un SAFE. Adaptar un SAFE al modelo de préstamo convertible español (por ejemplo, incluyendo una fecha de vencimiento) desvirtúa, en mi opinión, la naturaleza del documento y lo convierte en un híbrido que no debería emplear la denominación del venerable modelo de contrato de financiación convertible pero tampoco la de SAFE, puesto que su naturaleza es totalmente diferente. Sin duda, a día de hoy, estamos lejos de que nuestra legislación pueda introducir modificaciones que incentivan más la firma de un SAFE que la de una nota convertible.

Co-autor: Pablo Morales

 

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